¿Cómo podría Israel responder al ataque de Irán? Sus opciones se explican a continuación.

Israel ha estado estudiando opciones para un ataque de represalia contra Irán a pesar de ser instado a contenerse por parte de Estados Unidos.

Según los medios israelíes, el gabinete de guerra liderado por Binyamin Netanyahu, el primer ministro, decidió que no tenía otra opción más que actuar «clara y enérgicamente». El objetivo era mostrar que Israel «no permitirá que un ataque de esa magnitud pase sin una reacción».

La Casa Blanca insta a la moderación, diciendo que Estados Unidos no participará en la acción en sí misma y que espera que la respuesta israelí sea limitada para evitar una mayor escalada.

Esto parecería establecer límites en un conjunto de opciones amplio para Israel, que ya ha atacado repetidamente objetivos iraníes y relacionados con Irán en los últimos años, principalmente en Siria pero también en Irán mismo.

Respuestas leves

Objetivo fuera de Irán

La opción militar más fácil para Israel sería atacar un objetivo iraní en Siria o Líbano, dentro del alcance de sus drones y aviones de combate y con poco peligro de interceptación. Israel ya tiene una lista de dichos objetivos: bases de milicias donde operan «asesores» iraníes en Siria; bases de investigación científica compartidas por el régimen de Assad, Irán y Hezbollah fuera de Damasco y Alepo; almacenes de armas de Hezbollah; y líderes de brigadas en Líbano. Tal operación satisfaría las llamadas de Estados Unidos a la moderación de una manera en la que un ataque directo a Irán no lo haría. Pero el hecho de que Israel ya haya atacado objetivos similares antes significa que Netanyahu y su ejército lo verían como «continuar como siempre» en lugar de como un elemento disuasorio.

Ciberataque

Israel podría buscar sabotear la infraestructura clave de Irán a través de la ciberguerra. Existe un precedente para dicho ataque: en 2010, un malware posteriormente llamado Stuxnet por la empresa de antivirus Symantec se infiltró en el sistema informático que gestionaba el programa iraní de enriquecimiento de uranio, volviéndolo loco. Se cree que fue una operación conjunta de Estados Unidos e Israel. Tal operación probablemente sería considerada por Estados Unidos, y probablemente por Irán, como una respuesta lo suficientemente suave como para desalentar una mayor escalada iraní. Sin embargo, a menos que Israel ya tenga un plan en marcha, llevaría demasiado tiempo desarrollarlo y sería demasiado incierto en sus efectos para ser reconocido como una respuesta específica al ataque de misiles altamente «cinético» de Irán el sábado.

Respuestas moderadas

Asesinato

Los éxitos más sorprendentes de Israel en su guerra semiclandestina contra «activos» iraníes han sido sus operaciones de asesinato dirigidas por el Mossad. En 2010, agentes disfrazados de jugadores de tenis mataron al principal proveedor de armas de Hamas, Mahmoud Mabhouh, en una habitación de hotel en Dubai mientras hacía escala. En noviembre de 2020, utilizó una ametralladora disparada por un robot para matar al general brigadier de la Guardia Revolucionaria que supervisaba el programa de armas nucleares de Irán, Mohsen Fakhrizadeh, mientras era conducido a su casa de campo en las afueras de Teherán. Un nombre que se ha mencionado como posible objetivo en esta ocasión es Amir Ali Hajizadeh, jefe de las fuerzas aeroespaciales de la Guardia, a quien el ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, le entregó un ramo de flores el martes por supervisar los ataques del sábado.

Un asesinato tan destacado sería la opción más difícil de organizar rápidamente. Es probable que los altos funcionarios militares iraníes sean conscientes de que tienen objetivos en sus cabezas y estén en situación de alerta, conscientes de la sorprendente precisión de los misiles lanzados por drones suministrados por Estados Unidos, como el Hellfire «Ninja» R9X. Sin embargo, podría ser una posibilidad realista para una «respuesta tardía».

Líderes de milicias proxy

Se podrían hacer argumentos similares a favor de intentar «eliminar» a figuras importantes asociadas con Irán en Iraq, Siria, Líbano o Yemen, o una combinación de estos países. Israel ha librado una guerra contra milicias proxy, incluida Hezbollah, pero se ha centrado en objetivos estándar como lanzadores de misiles y depósitos de almacenamiento, o comandantes de nivel medio, como Ismail Yosef Baz, el comandante regional del sur al que anunció haber atacado en el sur del Líbano el martes. Ha evitado atacar directamente a Iraq y Yemen, no queriendo «expandir» la guerra encubierta.

Pero el presidente Trump estableció un precedente cuando ordenó el ataque con drones que mató al general Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria en el extranjero, junto con el líder de la milicia respaldada por Irán en Iraq, Abu Mahdi al-Mohandis, fuera del aeropuerto de Bagdad en enero de 2020. Eso fue parte de un intercambio de ataques con cohetes contra bases estadounidenses y bombardeos de represalia de Estados Unidos, por lo que Israel podría decir que Estados Unidos difícilmente podría quejarse si hiciera algo similar. Sin embargo, una vez más, encontrar un objetivo lo suficientemente rápido y con suficiente posibilidad de éxito podría ser problemático.

Respuestas fuertes

Objetivo militar iraní

Un ataque serio contra un importante objetivo militar iraní, como una base naval o un gran silo de misiles, estaría fácilmente dentro de las capacidades de Israel. También sería proporcional al único ataque exitoso realizado el sábado, los misiles que lograron atravesar las defensas aéreas establecidas por Israel y sus aliados y golpear la base aérea de Nevatim en el desierto de Negev. Sin embargo, habría algunos desafíos logísticos: para llegar a Irán, los aviones de combate F35 de Israel podrían tener que «dar un rodeo» si Jordania y Arabia Saudita no otorgaran derechos de sobrevuelo.

Los analistas militares dicen que Israel tiene un misil de alcance intermedio, el Jericó-3, con un alcance de hasta 4.000 millas, que también podría utilizar. Pero tal ataque también correría el riesgo de una mayor escalada por parte de Irán, algo que Estados Unidos y probablemente Israel no quieren. Cuanto más tiempo sus fuerzas armadas y sus líderes se centren en objetivos en Irán, menos atención prestarán a completar su misión en Gaza.

Programa nuclear de Irán

Netanyahu ha estado deseando durante años atacar y destruir los sitios nucleares de Irán, especialmente sus plantas de enriquecimiento de uranio en Fordow y Natanz. Su único problema es que Estados Unidos no lo hará por él y le ha instado a que no lo haga él mismo, aunque la capacidad de la Fuerza Aérea de Israel para hacerlo es incierta. Este podría ser su pretexto para intentarlo. Esto podría cambiar el juego en Medio Oriente, poniendo fin abruptamente, si funcionara, al aparentemente inevitable ascenso de Irán como potencia nuclear de la región.

Pero también sería la operación de mayor riesgo que Israel ha llevado a cabo desde que comenzó la Guerra de los Seis Días en 1967, y Netanyahu es generalmente un líder político cauteloso. Los riesgos son dobles: en primer lugar, que los refugios subterráneos y en la montaña del programa sean lo suficientemente fuertes como para resistir las bombas israelíes, lo que sería humillante, y en segundo lugar que Irán decida que tiene que involucrarse en una guerra total con Israel para rescatar su reputación como una potencia en ascenso.

Israel podría hacer lo que se cree que ha hecho antes y llevar a cabo una operación de sabotaje o ataque limitado en Natanz, el sitio menos seguro de los dos. Las instalaciones de Natanz fueron dañadas dos veces en 2020 y 2021, y se cree que los operativos israelíes fueron responsables de algún tipo de dispositivo explosivo. Una vez más, sin embargo, tal ataque llevaría tiempo organizarlo y, como parte de un programa continuo para dañar el programa nuclear por medios encubiertos, es posible que el liderazgo de Israel no lo considere suficientemente específico como elemento disuasorio.